d.i.n.e.r.o vol I está compuesto por muchos trozos de experiencia que de- vienen de muchos cuerpos diferentes. Algunos de ellos están vinculados a experiencias de trabajo sexual desarrollados en la industria del sexo, pero en su mayoría tienen que ver de forma más general con los diferentes trabajos sexuales que los cuerpos feminizados hemos de despachar en el capitalismo occidental.
Reconozcámoslo una vez más: el trabajo apesta. Pero mientras lo abolimos, vivan las estrategias de supervivencia.
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serie de 25 dibujos a tinta + proceso de edición digital
Formato FANZINE autoeditado
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"Hablo de los trabajos sexuales en plural porque no hemos de olvidar que el trabajo sexual tarifado es una parte pero que existe un gran abanico de labores sexuales dispensadas de forma gratuita o precaria siempre por parte de los mismos cuerpos. Paul Preciado hablaba de los cuerpos pornificados, otras personas hablan de mujeres, yo creo importante hablar de cuerpos feminizados por el capitalismo, cuerpos que -más allá de su genitalidad- están ideados para llevar a cabo precisamente estos trabajos sexuales: las llamadas mujeres, inmigrantes, precarias, animales, pobres, racializadas, divergentes, enfermas, disidentes en sus economías de afectos y de dependencias. Antes las marxistas lO llamábamos trabajos reproductivos, pero ante un panorama neoliberal todo se ha puesto a trabajar, y separar estos trabajos en esferas ya no nos sirve. La realidad es que, pese a estar trabajando en ‘’la esfera de la producción’’, como cuerpos feminizados se nos atribuyen una serie de labores extra muy relacionadas con eso que llamamos sexo -display activo de afectos, fantasías y cruce de límites corporales, moleculares, energéticos y visuales. Es un extra que siempre hemos de realizar, pagado o gratuito, en cualquier sector de lo laboral y en general de la vida pública, también en el sector de la industria del sexo."